Liberate
Deja peso atrás
Deja lo que no sirve más
Lo que no suma
Aquello que te ata, que te drena, que te resta
Aquello que te apesta
No le des mente a la gente que te miente
Aunque suenes disidente
La paz está en vos
En cómo te querés
En cómo te mimás
En cómo llenas esos espacios de vacío
En donde puede hacer frío
Pero te arropas
Sin esperar de nadie,
Sabiendo que hay muchos que te quieren y valoran por lo que sos
Sabiendo que vales, que sos mucho
Que llegaste hasta acá y que hay mucho más allá
Que siempre escribiste
Pintaste
Creaste
Escuchaste música
Sacaste fotos
Y lo dejaste de hacer
Y por qué
Porque no lo supiste ver
Ni te lo validaron
Ya basta
Es momento de validarte vos
de ver la abundancia que te mereces
Y conseguirla, perseguirla
Porque cuando sos conciente de todo lo que merecés
Sólo
Llega solo
Y te enorgullece el alma
Saber que sos quien sos
Y que llegaste hasta acá
Luego de mil derrotas
Y miles de personas que te quisieron bajar
Quedaron en el camino
Eran un peso,
Una piedra más para cargar
No
Vos sos liviana, sos mundana, sos de tierra, de la verdadera
Sos auténtica, sos paciente, sos tierna, sos simpática
Sos libre, sos creativa, sos consejera, sos viajera
Sos todo esto y todo lo bonito que se te ocurra,
No dejes que te escurran,
Todo lo bueno que lograste
Nunca se te va a ir
Lo llevarás donde sea que estés
Y te rodearás de la gente que te merece
Y de la que te sabe valorar
Pero primero
Querete mucho, porque vales mucho
Peace is the way of love
Nunca perdí el impulso de seguir. De entender dónde si y dónde no. Nunca dejé de interpretar señales, de escucharme a mi, aunque a veces todo sea ensordecedor. Siempre me tuve, ahí, firme y guiándome, aún en esos momentos que me costaba salir de la cama, que me costaba poderme mantener en pie. Ahí estuve, abrazándome, aunque la niebla no me dejara ver. Nunca me perdí, jamás, siempre me tuve, aunque ese "tenerme" haya sido de manera celestial, espiritual, etérea. Siempre pude hablar conmigo, a través de una pluma, a través de un papel. Nunca dejé mis cuadernos, ni mis libros, ni el ejercicio de mi mente. Eso siempre me impulsó a seguir. Eso, se puede decir, mi esencia, me acompaña hace un gran tiempo. Y es mi impulso, mi mente es mi impulso, aquella que siempre sabe dónde dirigirse aunque se encuentre por momentos en un vaivén de posibilidades. A ella escuché, a veces más y a veces menos, supe cuándo escucharla y cuándo tenía la posibilidad de ignorarla. Decidí ver y decidí c...