liberté

Hace un rato estaba leyendo una frase que guardé en mi celular hace un tiempo: "Tal vez sólo sea posible el amor cuando no lo retienes como a un preso, porque siempre querrá escapar" y, sinceramente ha pasado bastante tiempo desde que la guardé. No recuerdo precisamente el momento pero hoy la releo y no puedo estar más de acuerdo. Pienso y últimamente viví en una relación que me privaba de hacer lo que yo en verdad quería y pasaba a ser regla desvivirme por la completa felicidad del otro e incompleta felicidad propia. 
¿Qué clase de amor es ese? La persona que te retiene como a un preso, y suele decir amarte, debe comprender que no es así. Una persona que te ama, con lo que la palabra en verdad significa, no te ata a nada. Te deja ser, te acepta tal cual sos, con tus defectos y hasta quizás con tus malas decisiones. Puede amarte tanto de advertirte que estás por hacer algo mal, pero nada de prohibiciones. Porque, de verdad, ¿qué peor que te prohíban hacer algo? Es como cuando un cartel dice "prohibido estacionar" lo que más te da ganas de hacer es estacionar justo en ese lugar, pero no lo hacés por miedo a las consecuencias. Y te digo algo? No hay nada peor que vivir con miedo. Miedo al qué pasará si hago tal cosa... Porque así, así de verdad te quedás sin vivir, te estancás en todas las decisiones firmes que querés tomar y nunca sabés como proseguir. 
Por eso, antes de pensar en el amor que se tiene hacia la otra persona, uno debe pensar en el amor propio. Sonará egoísta, un poco agrio, pero creeme, es lo mejor que podes hacer. Cuando uno está bien con uno mismo lo demás llega solo: los amores verdaderos, los buenos momentos, los éxitos mas esperados y las personas más importantes. Nada de retenciones, LIBERTAD. 
Juro estar sintiendo en todo su sentido lo que significa libertad, y de verdad, no puedo estar más feliz y agradecida de poder aprovecharla.

Entradas populares de este blog