Ey tú, sí, tú. Deja de ser infeliz contigo misma. Eres perfecta. Deja de desear verte como alguien más o que te quieran como a alguien más. Deja de intentar llamar la atención de esa persona que te lastima. Deja de odiar tu cuerpo, tu cara, tu personalidad, tus peculiaridades. Ámalas. Con esas cosas, no serías vos.... ¿Y por qué querrías ser alguien más? Sé segura con las personas que estés. Sonríe, atraerás a la gente. Si alguien te odia porque estás feliz contigo misma, dile: Mi interés y mi felicidad ya no dependerán de los demás. Estoy feliz porque me amo como soy. Amo mis defectos. Amo mis imperfecciones. Me hacen ser yo, y yo soy bastante sorprendente !
Quizás no se trate de hallar un nuevo rumbo, quizás se trate de encontrarte con vos. Quizás el tiempo no define el camino, quizás es tú conciencia la que va con vos. El incierto futuro que te espera, la certeza cuando no encuentras la manera, el portal que tanto te costó abrir, el cobijo de tu propio abrazo antes de partir. La intermitencia. El cambio que no es constante, tu auto-risa, tu auto-sonrisa. El confiar en vos. El no dejar que te defina nadie más. El ser consciente de tu energía, de tu poder. El crecer y querer creer. Y toda la lucha que esto implica. Una lucha con vos. Una lucha contra el tiempo, una lucha que a veces no te deja ver el sol. Una fuerte conciencia. La fuerza de voluntad, el sosiego con el que vas a por tu meta. Tus metas, como razón principal de decisión. El siempre decidir conciente. Y quién dice que a veces con el corazón. El seguir el camino, el saber que es un proceso, el cambio que tanto te gusta allá está y allá estás vos. A veces crees no pod