Y despertaré.
Quizás a la una, a las diez tal vez.
Pero con vos en mi cabeza, con tu esencia en mi ser.
Despertaré junto a tu piel radiante que brilla amanecer.

Y en la mañana pienso que sin tanto luzco, que con poco entiendo.
Que en tus ojos yo me encomiendo.
Que la raíz de tu tez no entiende de apuros.
Que el resonar de tu alma sabe qué clase de amor te juro.

No quiero tiempos ligeros, ni amor malgastado.
Tus manos quiero sobre mi cabello despeinado.
Tus besos miel, mi flaqueza cruel.
En tu pecho suave voy a desvanecer.

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