Realmente, letra por letra, guión por guión fui centrándome en un mundo diferente. Así como si me hubiese tele transportado a un lugar lleno de fantasías y maravillosas aventuras. Párrafo por párrafo, capítulo por capítulo e iba viajando. Cada vez más inculcada, cada vez más persuadida por mi lectura. 
Podría llegar a decir que me encontraba en un mundo cada vez más alejado, pero realmente fantástico. Hasta me resultaba difícil salir, volver a la realidad. Atrapada, atascada... pero satisfecha. Empecinada, nada ni nadie podría distraerme. Disputando, descubriendo, imaginando, procreando. 
A esto llamo, verdaderamente, un buen libro.

Entradas populares de este blog