Me siento perdida en un mar de llantos. Sin direcciones ni caminos, aislada del mundo. Sin ayuda de nadie, sin poder recordarte. Esa persona que tanto quería hoy ya no está. Ya se fue. Y yo creo que no la valoré. Me siento egoísta, ahora veo la realidad. Perdí a alguien que quería de verdad. Se fue, y ya no volverá. Me dí cuenta de que debía perderla para saber su importancia en mi vida. Debí perderla para darme cuenta que la quería.
Quizás no se trate de hallar un nuevo rumbo, quizás se trate de encontrarte con vos. Quizás el tiempo no define el camino, quizás es tú conciencia la que va con vos. El incierto futuro que te espera, la certeza cuando no encuentras la manera, el portal que tanto te costó abrir, el cobijo de tu propio abrazo antes de partir. La intermitencia. El cambio que no es constante, tu auto-risa, tu auto-sonrisa. El confiar en vos. El no dejar que te defina nadie más. El ser consciente de tu energía, de tu poder. El crecer y querer creer. Y toda la lucha que esto implica. Una lucha con vos. Una lucha contra el tiempo, una lucha que a veces no te deja ver el sol. Una fuerte conciencia. La fuerza de voluntad, el sosiego con el que vas a por tu meta. Tus metas, como razón principal de decisión. El siempre decidir conciente. Y quién dice que a veces con el corazón. El seguir el camino, el saber que es un proceso, el cambio que tanto te gusta allá está y allá estás vos. A veces crees no pod