Aunque a veces cueste, aunque a veces no sea lo conveniente, siempre hay que decir lo que pensamos. No mentir únicamente para que nuestra respuesta sea correcta, aceptable, en vez de criticada por los demás. Dar tu opinión, sin miedo al no ser aceptado, sin miedo a que piensen distinto. Decir lo que te gusta y lo que no, porque al fin y al cabo sobre gustos no hay nada escrito. Si te critican tus opiniones, gustos, pensamientos, no debes alarmarte. Es normal, la gente a veces no sabe lo que dice. No sabe que en realidad las personas somos todas diferentes y pensamos diferente. Tú debes demostrarte tal y cual eres. Si te piden una opinión, no la ocultes.
Quizás no se trate de hallar un nuevo rumbo, quizás se trate de encontrarte con vos. Quizás el tiempo no define el camino, quizás es tú conciencia la que va con vos. El incierto futuro que te espera, la certeza cuando no encuentras la manera, el portal que tanto te costó abrir, el cobijo de tu propio abrazo antes de partir. La intermitencia. El cambio que no es constante, tu auto-risa, tu auto-sonrisa. El confiar en vos. El no dejar que te defina nadie más. El ser consciente de tu energía, de tu poder. El crecer y querer creer. Y toda la lucha que esto implica. Una lucha con vos. Una lucha contra el tiempo, una lucha que a veces no te deja ver el sol. Una fuerte conciencia. La fuerza de voluntad, el sosiego con el que vas a por tu meta. Tus metas, como razón principal de decisión. El siempre decidir conciente. Y quién dice que a veces con el corazón. El seguir el camino, el saber que es un proceso, el cambio que tanto te gusta allá está y allá estás vos. A veces crees no pod