A veces siento que mi mundo de amor, risas e ilusiones se derrumba. Si, como un edificio mal estructurado, como un avión sin dirección. Me siento mal, me siento sola... Y siento que nadie esta conmigo para consolarme. Para protegerme. Para apañarme. Siento que caigo y no me puedo levantar. Tropiezo varias veces con la misma piedra, caída eterna. Y rompo en llanto como una cascada, sin esperanza alguna. Siento ganas de que mi vida cambie, sea distinta, diferente. Todo esto dura un instante.
Luego, el llanto se va, y llega la fuerza, la valentía y la esperanza. Todo lo que antes se derrumbo, ahora se construye denuevo. Y siento felicidad, siento alegría. Como si hubiese aparecido el amor de mi vida en la puerta para consolarme. Me siento renovada. Me siento bien. Es extra
ño sentirlo, peor vivirlo. Pero puedo asegurar que es parte de la adolescencia. 

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