Nunca te des por vencido. Es el peor error que puedes cometer. Si algo va mal, sigue intentando. Nunca te rindas, ni pienses que algo no se puede lograr... Todo es posible, todo se puede ya sea con mucho o poco esfuerzo. Aunque te sientas mal por haber fallado, aunque ya te hayas cansado de intentarlo, aunque creas que ya no vale la pena... sigue intentando. Porque todo vale la pena. Todo lo que queremos hacer, todos nuestros objetivos; son por algo o para algo. Nada es en vano, todo sirve, todo causa algo. Entonces nunca te rindas, cree en tus sueños... sigue adelante.
Quizás no se trate de hallar un nuevo rumbo, quizás se trate de encontrarte con vos. Quizás el tiempo no define el camino, quizás es tú conciencia la que va con vos. El incierto futuro que te espera, la certeza cuando no encuentras la manera, el portal que tanto te costó abrir, el cobijo de tu propio abrazo antes de partir. La intermitencia. El cambio que no es constante, tu auto-risa, tu auto-sonrisa. El confiar en vos. El no dejar que te defina nadie más. El ser consciente de tu energía, de tu poder. El crecer y querer creer. Y toda la lucha que esto implica. Una lucha con vos. Una lucha contra el tiempo, una lucha que a veces no te deja ver el sol. Una fuerte conciencia. La fuerza de voluntad, el sosiego con el que vas a por tu meta. Tus metas, como razón principal de decisión. El siempre decidir conciente. Y quién dice que a veces con el corazón. El seguir el camino, el saber que es un proceso, el cambio que tanto te gusta allá está y allá estás vos. A veces crees no pod