Hay un punto en la vida en el que miras hacia atrás, y te das cuenta que lo único que queda hoy son los recuerdos. Hemos tenido momentos malos, buenos, peores, mejores y siempre intentamos quedarnos con el mejor granito que hay de ese montón de años. Ahora, es cuando reflexionas en la cama mirando a la nada, si todo lo que has vivido vale la pena. Yo creo que sí. Cada momento es tiempo para aprender, aprender que antes de un llanto vino una risa, de una muerte un nacimiento, de aquellas amistades que iban a ser eternas, las fiestas y las risas, de aquellos suspensos y de aquellos aprobados, de aquellos sueños que teníamos , el presente que nos hemos ganado, de las peleas, las reconciliaciones, de las canciones con las que lloramos y con las que nos quedamos sin voz un sábado por la noche y con un par de zapatos rotos de tanto bailar...
Quiere cuando tengas a quien querer, llora cuando tengas motivos para hacerlo, ríe cuando estés feliz, salta cuando haya un charco, mójate en la lluvia, baila con tus amigos, sácale una sonrisa a todo el mundo, haz reír a quien esté triste, ayuda al que lo necesite y perdona a quien se arrepienta.

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