Pero, ¿cuál vendría a ser la solución?, muchas de nosotras nos cuestionamos reiteradas veces. Yo creo que lo único que cambiaría esta realidad sería el rechazo, el serles indiferente. El no mostrar mucho interés y no estar pendiente de ellos. Sólamente dejarlos actuar por sí solos, sin que nos manejen. ¿Sería eso posible? Obviamente, todo es posible si uno se lo propone en el momento y lugar exacto. Entonces, seamos fuertes, seguras de lo que vamos a hacer, y nunca dudar o demostrar tristeza ante ellos. Que se den cuenta de que no son tan importantes como parecen. Demostrémosles la realidad, nosotras podemos.
Quizás no se trate de hallar un nuevo rumbo, quizás se trate de encontrarte con vos. Quizás el tiempo no define el camino, quizás es tú conciencia la que va con vos. El incierto futuro que te espera, la certeza cuando no encuentras la manera, el portal que tanto te costó abrir, el cobijo de tu propio abrazo antes de partir. La intermitencia. El cambio que no es constante, tu auto-risa, tu auto-sonrisa. El confiar en vos. El no dejar que te defina nadie más. El ser consciente de tu energía, de tu poder. El crecer y querer creer. Y toda la lucha que esto implica. Una lucha con vos. Una lucha contra el tiempo, una lucha que a veces no te deja ver el sol. Una fuerte conciencia. La fuerza de voluntad, el sosiego con el que vas a por tu meta. Tus metas, como razón principal de decisión. El siempre decidir conciente. Y quién dice que a veces con el corazón. El seguir el camino, el saber que es un proceso, el cambio que tanto te gusta allá está y allá estás vos. A veces crees no pod